Cuando el miedo se convierte en un problema: Trastorno de ansiedad y depresión, pánico, fobia y estrés

 

Junto a la depresión, los trastornos de ansiedad se encuentran entre las enfermedades mentales más comunes. Aproximadamente, en el año, uno de cada cinco personas ha sufrido con algún trastorno de ansiedad que requiere tratamiento. ¿Las buenas noticias? Los trastornos de ansiedad son investigados a menudo y entendidos cada vez mejor por lo que hoy día existen múltiples opciones de tratamientos que muestran ser prometedores.

También la depresión es un problema el trastorno mental más frecuente y afecta a más de 350 millones de personas en todo el mundo. Los antidepresivos son el tratamiento para la depresión más extendido y accesible en todo el mundo. Existen decenas de antidepresivos comercializados, agrupados en distintas familias, con mecanismos de acción diferentes. Es frecuente escuchar el debate de si los nuevos antidepresivos aportan algún beneficio sobre los antidepresivos más antiguos. Surgen las preguntas:
  • ¿Son mejores los antidepresivos de última generación que los antiguos
  • ¿Cuál es el mejor antidepresivo?

El mejor antidepresivo tiene que ser eficaz y producir pocos o ningún efecto secundario.

El miedo como fiel compañero

Ninguna vida humana ha existido sin la experiencia del miedo. Nos advierte y protege del peligro, por lo que es fundamental para nuestra supervivencia. Entonces, para comenzar, tener miedo no es motivo de preocupación. Es cuando la ansiedad se convierte en un compañero constante que te agobia y regularmente te limita que podemos considerar un posible diagnóstico de trastorno de ansiedad y este debe tomarse en serio. Hay diferentes tipos de trastornos de ansiedad. Los siguientes cinco trastornos de ansiedad son los que se trabajan actualmente en psicoterapia:
  1. Trastorno de pánico: Con un trastorno de pánico, nos sentimos literalmente abrumados por una sensación de miedo fuerte que surgen de la nada. Varias veces al mes. Durante un ataque de pánico, experimentamos síntomas físicos muy fuertes, como sudoración, latidos rápidos del corazón, dificultad para respirar o mareos.

  2. Agorafobia: Si sufrimos de agorafobia, sentimos ansiedad en multitudes, lugares públicos o mientras viajamos. Esto suele llevarnos a evitar cada vez más estas situaciones, experimentando finalmente importantes limitaciones en nuestra vida.

  3. Fobias específicas: Aquí, son posibles los miedos a situaciones muy específicas como tormentas eléctricas, inyecciones o ciertos animales. Si el miedo se relaciona exclusivamente con cosas particulares (por ejemplo, un miedo a los pájaros que te imposibilita sentarte en parques o plazas, únicamente por los pájaros), entonces hablamos de una fobia específica.

  4. Fobia social: Si la ansiedad surge exclusivamente en situaciones sociales (ej. hablar en grupo, contacto con el sexo opuesto,…) en las que nos sentimos evaluados o juzgados por otras personas o podemos sentir vergüenza, hablamos de fobia social.

  5. Trastorno de ansiedad generalizada: GAD para abreviar, juega un papel especial entre los trastornos de ansiedad. En este caso, los miedos no se refieren a situaciones concretas y son 'menos intensos' a nivel físico que los otros trastornos. En cambio, hay preocupaciones fuertes e incontrolables sobre cuestiones cotidianas como la seguridad financiera, la salud o el bienestar de la familia. A menudo, el TAG es difícil de distinguir de una depresión que puede ir acompañada de pensamientos ansiosos. Si tenemos la sensación de que estamos sufriendo un trastorno de este tipo, también debemos descartar cuidadosamente la posibilidad de una depresión